lunes, 2 de junio de 2008

Tsai Chien Chenmen Mao

“Unos pajarillos piaron dulcemente en las ramas, como notas punteadas de una cítara china.
-¿Maestro, oye cómo pían los pajarillos? –le dije.
-Sí –asintió él, levantando la cabeza para mirar las ramas.
Varios pájaros salieron volando de la frondosa copa del árbol batiendo fuertemente las alas, y desaparecieron de nuestra vista.
-Ahora, ¿puedes oír cómo pían? –me preguntó el Maestro sin prestar demasiada atención”

Casada con Buda – Zhou WeiHui


I – Diario de cohabitación

La verdad es que no podía dejar de sentirme culpable. Apenas conocía personalmente a Andrew un par de semanas y ya me estaba ayudando a programar mi estadía en Hong Kong. Me buscó un hostel bueno y barato, con una buena ubicación, me mandó un mapa de todo el sistema de subtes y me indicó en que estación bajar para comprar cada cosa que pudiera necesitar (o enviciarme con) y le mandó mails a sus amigos para preguntarle sobre las cosas que ya no recordaba por haber estado viajando más de seis meses por América Latina.

Tomar un vuelo de 32 horas no es nada simple. No solamente por el tiempo de viaje, sino por la presión de las cabinas en los aviones, el cambio de horario, el cambio de estación (de invierno a pleno verano) y por supuesto por la alimentación en los aviones. Creo que en un momento llegué a almorzar tres veces seguidas: en un avión, luego en la espera de Vancouver y luego en el siguiente avión. Todo eso te revoluciona el cerebro y el estómago, y tal vez por eso no pude disfrutar de Hong Kong en mi llegada, lo que causó mi huida a Shanghai.

La verdad es que los dos días en Guangzhou fueron más que nada relajantes. El primer día lo usé para hacer compras (remeras a U$S 3, jeans a U$S 10) en varios centros comerciales. Comí cosas que ni siquiera podría explicar que son, y hasta visité un bar argentino de la calle Beijing. Luego volví al hostel, y conocí a un grupo conformado por dos ingleses, dos chinos, una sueca, un francés y varios cadáveres verdes de cervezas consumidas.

No importa en qué ciudad te encuentres alrededor del mundo, si conocés a un inglés en ella él se emborrachará y te arrastrará consigo. Me enseñaron un juego de cartas que, obviamente, consistía en tomar cerveza cada vez que perdías; cada uno con su litro de cerveza en la mano, yo fui el que menos perdió, así que terminé vaciando 3 botellas. Luego nos fuimos a un pequeño boliche donde bailamos música electrónica con lentes oscuros hasta que Wei Long, el único chino más o menos sobrio del grupo, decidió volverse, y con el volvimos tres, a los otros dos los había conocido en el boliche, pero eran también de nuestro hostel.

Cuando desperté al día siguiente descubrí que Wei Long trabajaba en el hostel, y me sirvió un desayuno que constaba de dos tostadas con huevo frito, manteca, mermelada y dos salchichas. Al rato llegaron Sussie y Dez, los dos chicos con los que había vuelto la noche anterior. Sussie era half blood, su padre inglés y su madre china, trabajaba en Guangzhou y vivía en el hostel, del otro chico no se mucho. Le pregunté a Sussie que podía visitar en Guangzhou, y solo me nombró mercados callejeros (dos de los cuales ya conocía casi a la perfección), cuando me decido a visitar el Tea Market se larga a llover de una manera casi bíblica. Nos miramos entre los tres y no hizo falta decir nada, esa mirada era un acuerdo tácito de pasar la tarde juntos encerrados en el living.

Al día siguiente tomé el primer tren a Hong Kong. Llegué a un hostel sobre la calle Argyle y Nathan Rd. Después de depositar mis pertenencias en la habitación me largo a caminar por Nathan Rd. Los chinos tienen una manera muy especial de numerar las calles, yo estaba al 600, pero para llegar al 0 debería caminar unas 25 cuadras. Yo sabía a donde quería ir, pero no a donde me dirigía. La primera vez que había estado en HK había visto una casa de música con instrumentos chinos clásicos, así que me largo a caminar, sabía que era una esquina entre el 600 y el 65. En medio de la caminata paro a comer en un restaurant de comida típica hongkoinesa, totalmente cocinada en vaporieras de bamboo. Lo extraño de éste lugar es que estaba decorado como si fuera un casamiento. Una idea interesante y un nicho de mercado para Argentina; ¿a quién no le gustaría poder comer cualquier día como si estuviera en una fiesta de casamiento?

“Homero –¿y qué debo hacer? ¿debo deshacerme de mis posesiones materiales?
Coyote cósmico –Jajaja, no, debes tener más posesiones. Ni siquiera tienes computadora
Homero –si, he estado pensando en comprar una
Coyote cósmico –lo que intento decirte es que debes encontrar a tu alma gemela, ese ser único con el que compartes un lazo cósmico inseparable”

Los Simpsons – Temporada 8 – El viaje cósmico de Homero – Matt Groening


“it’s really the wand that chooses the wizard, of course.”

Harry Potter and the Sorcerer’s Stone – J.K. Rowling


II – Nuevo integrante en la familia de cuerdas

Comprar un instrumento no es algo simple. La madera es un componente vivo, y como tal transmite energía; ese tipo de energía a la que llamamos química. De la misma manera en la que percibimos energía extrasensorial de otras personas (o lo que comúnmente decimos entre nosotros no hubo química) también sucede con el resto de los elementos vivos. Es así que la elección no queda supeditada solamente al precio, la forma, el gusto y el sonido; sino que se tiene que crear algo más fuerte, algo inexplicable, un lazo cósmico inseparable. Uno mira el instrumento y siente algo especial, luego lo coloca contra su cuerpo y siente que la madera es una extensión de la propia piel, que las cuerdas son las venas, la resonancia es la voz, las vibraciones el latido; y ya no hay forma de separarse.

Entré y le dije a la señora: wo iau mai i ke Erhu. Estaba decidido a comprar el Erhu más barato, el de U$S 30, uno barato para empezar a aprender, pero no hubo caso. Es como cuando besás a alguien y se produce un chispido en los labios de ambos, esa reacción que se provoca al encontrarse tu Yang con el Ying de ella.

No hubo chispazo entre nosotros, pero aún así pensaba llevarlo. El tema es que la funda rígida costaba otros U$S 30, y el Erhu de U$S 100 dólares incluía la funda rígida. Entonces me doy vuelta y lo veo en una esquina. Su caja de resonancia con piel de víbora, los caracteres chinos en el clavijero, sus dos clavijas con tratamiento especial, su base negra que brillaba como el charol. Al tocarlo se hizo parte de mí, mi brazo izquierdo se convirtió en el mástil, y el derecho en el arco.

Vuelvo al hostel con mi nueva extensión corporal. Al llegar me conecto al msn y me encuentro con Hugo. Si, el mismo que había conocido en el tren hacía nueve días. Lo invito a cenar, pero me dice que no puede; entonces se agrega Ming Fai a la conversación. Él tampoco podía cenar porque tenía una fiesta.

Claro, terminé mi viaje por la china continental en una fiesta en Hong Kong, con diez personas que no conocía, comiendo Pizza Hut en el departamento de una desconocida, donde se festejaba el cumpleaños de tres personas que no había visto en mi vida. Luego de la fiesta me fui a pasear con tres de los chicos. Ming Fai, Sean y Kent. El primero vago de profesión, el segundo un clásico estudiante chino y el tercero joven policía fuera de servicio.

La verdad es que me terminó gustando Hong Kong, no solo porque me hice de un montón de amigos, sino porque ellos me mostraron las cosas que debía ver. Y muchas otras quedaron pendientes para mi próxima visita. Lamentablemente ya tenía mis pasajes para escaparme del comunismo. Si no me hubiera quedado unos días con ellos.

Ahora estoy en Taipei, la capital de Taiwan. Es un país democrático, con nuevo presidente desde marzo, y por suerte no hay prohibiciones. Puedo ver mi blog como antes, y navegar en todas las páginas prohibidas por el Chenmen Mao actual de China.

Datos de interés:

7 Yuanes equivalen a 1 dólar norteamericano
8 dólares hongkoineses equivalen a 1 dólar norteamericano
10 NTP (nueva moneda de taiwan) equivalen a 1 peso argentino


El horario donde estoy, estuve y estaré durante el viaje es 13 horas más que en Argentina


El clima desde el tercer día que estoy acá es nublado, templado durante el día, camperita de verano en la noche. En Taiwan con lluvias aisladas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Leo!! Excelente adquisición!! Eso sí, sé precavido y comprate una buena cantidad de set de cuerdas para el Erhu porque no sé dónde mierda las vas a conseguir acá!!!!
Un abrazo, y estate atento porque con todo el quilombo del campo por ahí te recomendamos que te quedes definitivamente allá y nos hagas un lugarcito.
Nacho

Anónimo dijo...

pero todo mal, cuando te aclimatas ya te tenes que ir, la pucha.
TE compraste un erhu, que copado, ya quiero que estes aca para apreciarlo, todas esas cosas me re copan, aunque debo decir que la percusion me atrapa mas.
Bueno siñore, un abrazo enorme. Que sigas bien. DAM

leeloo dijo...

Jajajaja, si, no se por qué entré a Clarín y apareció la enorme carota de la Presidenta Electa, y lo cerré inmediatamente.

Me regalaron un encordado nuevo cuando lo compré, y la verdad que tienen el mismo aspecto que las 0,9 de guitarra (con la pelotita en el extremo y todo), pero por las dudas me voy a comprar un par mas ^^

Anónimo dijo...

hola leo!! que copado todo lo que estas conociendo, buenisimo lo de la guitarra y los precios que contas no se puede creer, no seas ortiva y traele zapatillas y cosas deportivas a tu hermana ja. Che..no entendi lo de los pajaritos en el arbol, no viene subtitulado ja.Me parece que este escritor es muy complicado para mi no voy a leer mas este libro.
TE EXTRAÑAMOS nao pregunta siempre por vos, te mando un beso TE QUIERO.

leeloo dijo...

La idea de los epígrafes no es que entiendas el significado en su totalidad, sino que son una referencia a lo que vas a leer.

Pero ya que te interesa voy a seguir con poco con la misma historia:

"-Disculpe, no he comprendido lo que ha querido decirme -concluí finalmente.
En la cara del Maestro se dibujó una sonrisa.
-¡Pero tu nombre budista es Sabiduría!
-¡Eso es porque es sabiduría precisamente lo que me falta! -dije, echándome a reir.
El Maestro se pasó la mano por su bigote blanco como la nieve, con serenidad.
-Los sonidos se crean como el polvo y se extinguen como el polvo -dijo-. La capacidad de oír no se crea cuando se crea el sonido, ni se extingue cuando se extingue éste. La verdadera capacidad de comprensión ignora la salida o la llegada del sonido, y lo tenue o estruendoso de éste."

Anónimo dijo...

Hijo hace 4 dias que no se de bos por favor da señales de vida, o es que te entusiasmaste mucho con el Erhu y no le das mas bola a nadie. porfa hijo escribi un beso papa.