Finalmente me compré un Ukulele, se llama Aguki y es hermoso.
Tuvimos cuatro días de sol en esta decena, dos de ellos tuve clase durante todo el día, y recién hoy pude tomar nuevas fotos con mi Holga, pero todavía no termino el rollo.
Sacar fotos con una Lomo y tocar un Ukulele son un estilo de vida que me interesa, pero que no me identifica.
Estoy practicando fotos en blanco y negro, más que una opción es una de las pocas alternativas para practicar durante las épocas de lluvia.
Me hice un examen de sangre, tengo que llamar la semana que viene para saber los resultados.
Me estoy haciendo adicto a los “Chocolate biscuit sticks”
La leche condensada era el ingrediente que me faltaba para que mi té tailandés alcance el nivel de exquisito.
El equipo de Fútsal de nuestra universidad salió tercero en el torneo nacional. Me quedé sin voz por dos días.
Parece que soy considerado una “buena cita”, pero la verdad es que no me interesa.
Saqué el pase semestral de natación por 35 pesos, lo usé sólo dos veces.
Me compré nuevos auriculares, pero me hacen doler las orejas. Y no encuentro ni una ferretería para comprar los repuestos y arreglar los otros.
Mi compañero de cuarto (el copado) tampoco se banca más al asqueroso. Planeamos mudarnos la semana que viene.
Esta semana tengo que hacer una presentación sobre Intel Centrino en la clase que soy ayudante de cátedra. Un embole total. Me siento como el Dr. Sheldon Cooper.
Sigo sin conseguir buenos pasajes para ir a Argentina en las vacaciones de invierno.
Soñé que mi notebook calentaba tanto que las juntas de plástico se fundían y mi pantalla quedaba unida al teclado por dos cablecitos.
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