martes, 18 de junio de 2024

Temporada 5? : Leeloo en la tierra del déficit de atención

Me desperté tarde, abrumado por la noche anterior donde en una reunión familiar me sentaron en el medio de una mesa por la que cruzaban constantemente tres conversaciones en simultáneo y música de fondo, exceso de estímulos, infodumping ajeno y mi esfuerzo para filtrar y decodificar. Pongo a hacer un té y una tostada cuando me llegan mensajes importantes del trabajo, enciendo la compu para “ganar tiempo” aunque se enciende en segundos, y empiezo la ida y vuelta desde la cocina a la computadora sin saber si darle prioridad a responder los mensajes en la computadora o hacer el desayuno en la cocina. Más allá de los que va surgiendo en el día, tenía que realizar unas 6/7 tareas del trabajo y tres personales. Me costó muchísimo concentrarme, en un momento me di cuenta que tenía tres tareas empezadas que había dejado por otras sin darme cuenta, y había entrado a Facebook a buscar algo laboral y me había distraído con una notificación que ni siquiera me era de importancia.

Decido poner 3 empanadas en el horno para hacer rápido, me pongo la alarma para no olvidarme de sacarlas. Después del mediodía empecé a cerrar tareas porque sentía que no iba a terminar. Pude terminar 3 o 4 laborales y 2 personales. Las otras dos laborales las dejo anotadas para el próximo día a la mañana y salgo a hacer la tercera personal a las 17:40hs.

Vuelvo a las 18:30 de dejar el microondas en reparación, abro la heladera para ver qué puedo merendar y descubro que el sábado había comprado 4 morrones para hacer una salsa que ponerle a una polenta, así que me hago unas promociones de pizza de merienda y ya que estaba el horno encendido pongo los 4 morrones para hacer una salsa y cenar polenta esa noche. Como estaba muy abrumado salgo al balcón a relajarme y fumar una shisha. Abro TikTok y me aparece una persona hablando en italiano, me acuerdo que no hice la tarea para el día siguiente. Respondo algunos mensajes de Whatsapp que dejé colgados durante el día. Me pongo a hablar con dos o tres personas a la vez, y pienso en qué me gustaría cenar. No tengo ganas de cocinar, así que tal vez una hamburguesa con mandioca frita, o más fácil, pedir chino. A las 20:40 decido que es hora de ir guardando y ver qué comer, entro al living y siento un calor extraño, mucho mayor al que debería proporcionar el piso flotante, el calor se incrementa en el comedor, mucho más en la cocina, y siento su punto máximo venir del horno, los morrones habían estado cocinándose hacía dos horas. Obviamente quemados los saco del horno y recuerdo que quería comer polenta, pero ya era demasiado tarde, no sabía cuanta carne le había quedado a los morrones y entre enfriarlos, pelarlos y preparar todo llevaría mucho tiempo. Llamo a mi vecina que tiene un restaurante chino y me cocina sin ajinomoto, le pido el plato con mi chino perfecto y no me entiende (a pesar de que le pedí algo que no estaba en el menú, pero la semana pasada me dijo que lo podía hacer), se lo pido en español y tampoco me entiende, así que le empiezo a nombrar los ingredientes que lleva, va a la cocina, le pregunta al marido y me dice que lo puede hacer, pero agripicante. Se lo acepto, lavo el arroz doble carolina, lo pongo en la arrocera. tomo una pastilla de dao y salgo a buscar la comida, bajo por el ascensor, abro la puerta de calle y veo para mi sorpresa que estoy en pantuflas. Subo, me pongo las zapatillas y bajo nuevamente a buscar la comida. Vuelvo, saco el arroz de la arrocera y lo quiero poner en un bowl que no encuentro porque estaba dentro de la heladera con algo que pensaba comer más tarde hacía unos días pero ya no estaba en condiciones de comerse, lo tiro, lavo el bowl y sirvo el arroz. Veo que están los morrones quemados todavía sin pelar. Me voy a comer y veo un capítulo de la segunda temporada de X-Files, termina y me acuerdo de hacer la tarea de italiano. Termino la tarea, levanto los platos y veo que son las 23:30 y los morrones siguen enfriándose en la bandeja del horno, cerca del comedor donde dejé la mesa a medio ordenar, pegado al living donde hay dos tenders de ropa seca desde hace días sin doblar, al lado del balcón donde todavía está la shisha y el mat que usé para sentarme.


Me debato sobre cual de todos es más urgente resolver armar un plan de prioridades y realizarlo, pero aún así me siento a escribir esto y de a poco y conscientemente trato de alargar este texto hasta la hora en la que ya sea inevitable poder hacer ninguna de las tareas pendientes esenciales porque me va a dar sueño y voy a pensar que tengo que levantarme temprano. 

Tengo sueño, creo que el último esfuerzo será lavarme los dientes.